En la ciudad de Santiago de Compostela se encuentra el Convento de San Domingos de Bonaval fundado en esta ciudad en el año 1219. En el convento de San Domingos de Bonaval se encuentra el sepulcro de Doña Urraca de Moscoso y Castro, condesa de Altamira en tierra de Xallas, que casó en el siglo xv con Pedro Álvarez Osorio, conde de Trastámara, configurando una de las familias más importantes de la nobleza de la época. Doña Urraca de Moscoso fue una auténtica filántropa y benefactora del convento durante la Baja Edad Media. Durante esa época el convento funcionaba como un Estudio General antes del nacimiento oficial de la universidad moderna de Santiago de Compostela. Bajo su mecenazgo se acogían a los estudiantes pobres de cualquier procedencia que deseaban instruirse, siendo considerado un centro de ensañanza muy prestigioso en el cual se impartían clases de gramática, de aritmética y de geometría. Según recoge García Ballester, en el siglo xiii en las bibliotecas de Val de Dios y de Bonaval en Santiago de Compostela se encontraba la obra de Aristóteles. También en la catedral de Toledo, en Burgo de Osma y en Palencia. Gracias a la labor de la escuela de traductores de la ciudad de Toledo, la obra de Aristóteles fue penetrando por los principales conventos y monasterios de la península y de Europa durante la Edad Media. Todas las obras y textos de Aristóteles que nos han llegado se agrupan o conforman lo que se conoce como Corpus aristotelicum, también los textos de autoría más dudosa consideradas obras pseudoaristotélicas o PseudoAristóteles. En este último grupo y en su filosofía natural se encuentra el texto De mirabilibus auscultationibus (De las maravillas escuchadas). Y a este respecto en el capítulo III del libro II de su Historia General y Natural de las Indias, Gonzalo Fernández de Oviedo, dando cuenta del descubrimiento de América, dice lo siguiente: "En el precedente capítulo se dixo la opinión que el vulgo tiene çerca del descubrimiento destas Indias: agora quiero yo deçir lo que tengo creydo desto, é cómo á mi paresçer Christóbal Colom se movió, como sabio é docto é osado varón, á emprender una cosa como esta, de que tanta memoria dexó a los presentes e venideros; porque conosçio, y es verdad, que estas tierras estaban olvidadas. Pero hallólas escriptas, é para mí no dudo averse sabido é posseydo antiguamente por los reyes de España. E quiero deçir lo que en este caso escribio Aristóteles, el qual diçe que despues de aver salido por el estrecho de Gibraltar haçia el mar Atlántico, se diçe que se halló por los cartagineses, mercaderes, una grande isla que nunca avia seydo descubierta ni habitada de nadie, sino de fieras é otras bestias..."
A este respecto cuando Cristóbal Colón llegó a América, llamó a su isla favorita, a su marquesado familiar, isla de Santiago o Janahica donde podemos encontrar un río Yallahs.
© Marcos Castro Vilas, arquitecto y autor del libro "Cristóbal Colón y el periplo de Hannón" editorial IrIndo (2017).
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