sábado, 29 de agosto de 2015

Antonio Nariño y Val do Dubra

                  

 

    Pocos saben que uno de los hijos más ilustres de Val do Dubra es Antonio Amador José Nariño Bernardo Álvarez del Casal (Santa Fe de Bogotá, 9 de abril de 1765-Villa de Leyva, 13 de diciembre de 1823), más conocido como Antonio Nariño, el colombiano más universal de todos los tiempos.


    Aunque él nació en la localidad neogranadina de Santa Fé, actual Bogotá, está constatado que su padre Vicente Nariño y Vázquez y su abuelo Juan Nariño Domínguez eran oriundos de la comarca de Santiago de Compostela.

 

    Actualmente en el Archivo Diocesano de Santiago de Compostela se puede consultar la partida de bautismo de María Antonia de Nariño Grille nacida en 1762 y de Julián Antonio Nariño Grille, hijos de Francisco de Nariño, natural de dicho lugar en la parroquia de San Vicente de Niveiro (Val do Dubra, A Coruña) y de María Josefa Grille natural de Viladabade (Tordoia,  A Coruña). Por las fechas suponemos que María Antonia de Nariño Grille es prima segunda del precursor Antonio Nariño y su padre Francisco de Nariño es primo de Vicente Nariño y Vázquez, su padre.



    El apellido Nariño es muy poco frecuente y su existencia se restringe al concello de Val do Dubra en la comarca de Santiago de Compostela, donde existe el lugar de Nariño de donde es originario el apellido.

 




    ¿Y qué hizo Antonio Nariño para ser considerado el colombiano más universal de todos los tiempos?   

    Mientras algunos se vanaglorian, en este solar patrio de ignorantes que llamamos España, de la Constitución de 1812, desconocen, en cambio, que el dubrés Antonio de Nariño es el autor de la primera traducción al castellano de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, fruto de la Revolución francesa de 1789.


    Como consecuencia de dicha traducción impresa el 15 de diciembre de 1793, y divulgada por todo el virreinato e incluso por toda América Latina, Antonio Nariño fue perseguido por el Santo Oficio de la Inquisición y por el Virrey neogranadino Ezpeleta, siendo encarcelado durante 16 años hasta que en 1810 fue puesto de nuevo en libertad. Antonio Nariño es considerado el precursor de la independencia del virreinato de Nueva Granada del Imperio Español. Se puede considerar el primer presidente que tuvo la Gran Colombia, cargo que desempeñó entre septiembre de 1811 y septiembre de 1813.  En ese año dejó el cargo para combatir a las tropas realistas en el sur de Colombia. En la localidad de Pasto sería apresado y encarcelado de nuevo. Lo llevaron a Quito, luego a Lima y de allí a Cádiz por el Cabo de Hornos. En 1816 desembarcó en Cádiz y estuvo 4 años y 20 días preso en la Real Cárcel hasta el 23 de marzo de 1820. Francisco de Miranda, amigo íntimo de Antonio de Nariño y el que le trajo la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano de París moriría en la Carraca de Cádiz el 14 de julio de 1816, cuatro meses después del ingreso de Nariño en la Real Cárcel de Cádiz.



    Durante su estancia en la prisión de Cádiz, Nariño recibía con entusiasmo las noticias de las victorias de Simón Bolívar en las colonias españolas. Incluso ayudó a impulsar el movimiento que desencadenó la revolución de Riego en 1820.


    Puesto en libertad por los liberales españoles regresó a su Colombia natal en febrero de 1821. Después de ocupar varios cargos en el nuevo gobierno de la Gran Colombia, muy avejentado y enfermo decidió retirarse a la Villa de Leyva donde moriría el 13 de diciembre de 1823.  



    Desde muy joven Antonio de Nariño fue un entusiasta de las ideas de la "Ilustración", gran lector y aficionado a las letras, poseía una de las mayores bibliotecas de Santa Fe, heredada de su padre. También mandó traer una nueva imprenta para sustituir a la Imprenta Real. Con ella puso en funcionamiento el "Papel periódico de Santa Fe"  que usaría para difundir la famosa Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, y que tantos disgustos le acarrearía a lo largo de su vida.  Masón como sus amigos  Francisco de Miranda y Simón Bolívar, creó una logia disfrazada de círculo literario llamada "El Arcano de la Filantropía". En los salones de su casa de Santa Fe reunía a la élite cultural e intelectual de Santa Fe para discutir los acontecimientos que se sucedían en la Francia revolucionaria.

 


Larga vida al dubrés Antonio de Nariño.